domingo, 12 de marzo de 2017

Flech Urbex: El abandonado hostal Can-Cun.

¡Muy buenos días, tardes y noches! ¿Como va todo amigos y amigas? Para mi es un gran honor como siempre y a su vez me llena de orgullo y satisfacción (Como diría nuestro viejo rey Juan Carlos I) Que estéis aquí invirtiendo vuestro valioso tiempo en ver mis reportajes, la verdad es que no os puedo estar tan agradecido por vuestra grata dedicación y aportación, ya sea a través de comentarios y consejos a través del blog, por redes sociales e incluso personalmente, vuestras visitas hacen de este blog una pequeña referencia dentro del mundo de la exploración urbana.

Pero tengo que seguir trabajando para alimentar vuestra curiosidad, así que nuevamente me complace presentaros un nuevo reportaje abandonil y extravagantemente recaspitoide, con todos ustedes el viejo Hostal abandonado: ¡CAN-CUN! Y además esta vez estoy nuevamente acompañado por los grandes amigos y exploradores Cristina Re, Fran Globetrotter y Toni DarkBlack ¡Casi ná! ¿Estás preparado para verlo?

Pues bien, el Hostal Can-Cun está situado dentro de un idílico paisaje en cierto puerto de montaña cuyo nombre no quiero acordarme, está en un paraje natural de belleza sin igual y cuyo deleite es para los ojos ver tanta naturaleza en todo su esplendor, además  para nuestros contaminados pulmones es un alivio respirar aquel aire tan puro, tan perfectamente puro que hasta los Puros Habanos me sabían mal. ¡Puaj!

Aún así no es la primera vez que vi este Hostal abandonado, de hecho hace unos meses atrás lo puse en el punto de mira durante una excursión en busca de buen restaurante donde hicieran unos calçots de rechupete, por desgracia las autoridades que pasaban por ahí nos pararon a mi y a mis compañeros de ruta diciendo que en el perímetro de ese hostal no podíamos estar, así que nos tomaron nota y nos piramos de allí con cara de resignación, sin embargo esta vez he vuelto junto a mis compañeros de aventuras y lo hemos podido visitar con total tranquilidad. ¡Por mis cullons!
Ahora que lo pienso, le di a una agente la dirección de mi blog para que vea que soy un tipo serio y que no voy con dudosas intenciones. ¿Se habrá hecho seguidora? No sería la primera vez a verdad, pues recuerdo que una vez un segurata que me pilló y me llevó esposado hasta fuera del recinto en la extinta Fibracolor, (Cuando la estaban derribando) se hizo supuestamente seguidor de mi blog, pero un poco mas y me quedo sin muñecas, suerte que gracias a mi afición pude salir airoso y me las piré de allí, sin embargo eso no quiere decir de que no te toque uno con muy malas pulgas y te acabe dando la del pulpo. ¡Así que estad alerta siempre y que sepáis que esta afición tampoco es un juego de niños!

En fin, el Hostal Can-Cun no es para tirar cohetes, pero tampoco está tan mal, no os penséis que siempre os voy a ofrecer el súmmum urbexiano, por que el lugar está tapiado y un tanto destrozado debido a que los amigos de lo ajeno han hecho estragos en el lugar, suerte que todavía conserva el techo y el suelo por lo que ya es algo de agradecer, en fin, espero que os guste este reportaje como yo y mis compañeros visitándolo, dentro de no mucho os pondré un abandono muy conocido que os gustará mogollón, así que no os perdáis mis aventuras en este vuestro blog de referencia. ¡Hasta la próxima aventura misteriosa! ¡Adiós a todos! ¡Chau Riau!

Exploración realizada por: Flech, Cristina Re, Fran Globetrotter & Toni DarkBlack.
Fotos por: © Flech
© Flechcorp Etertaiment - Marzo de 2017 - Todos los derechos reservados.
Flechcorp recomienda G.A.L.A. (Grupo de Amigos de Lugares Abandonados) Facebook group.

Área reservada para los camareros, este cartel se ponía en la barra para que los clientes no obstruyeran su paso.

No es que quede mucho de lo que era el restaurante pero podemos ver la barra en su correspondiente lugar.

En esa chimenea tan grande se hacían unos calçots de maravilla.

El amigo Toni dice que es un pena que estos lugares se echen a perder ya que el va por muchas carreteras con la moto viajando y tiene por costumbre acudir a estos restaurantes para comer.

Al lado de la barra también había un pequeño horno. ¿Sería para hacer buenas pizzas?


Pues esta chimenea grande también se usaba para cocinar carne a la parrilla.

Siempre está prohibido fumar en el interior de los locales, que eso te quede claro.

El pasillo que conduce a los lavabos con azulejos de los años 60.

Si en tu casa todavía tienes el lavabo decorado con estos azulejos. ¡Enhorabuena! Tienes una casa vieja.

Si, a causa de que las ventanas están tapiadas tengo que recurrir al flash. ¡Por eso también odio los tapiajes!

Subiendo a las habitaciones del hostal, hay como una chimenea anulada. ¡Que misterio! ¿Habrá un cadáver?

Se habían llevado todas las camas de la habitaciones, ni un mísero colchón, pero por lo menos hay una silla, algo es algo.

Además en el suelo había como un misterioso polvo blanco. ¿Albert Rivera was here?

Algunos lavabos todavía estaban bien conservados.

¡Cuidado de no perderte! No hay ni escalera de emergencia, que cutrez.

Si quieres ser el maestre en azulejos sesenteros, prueba con estos de cuadritos. ¡Son lo más!

Han tapiado hasta el respiradero. ¡Como para ir a cagar!

Las escaleras que suben a las habitaciones.
Vistazo del restaurante con luz natural.

Detalle de las escaleras de antes.

¡La cocina! ¿Que sería de un restaurante sin su cocina?

Las cámaras frigoríficas.

Oiga caballero. ¡Sírvame un Brandy Veterano!

Vista del hostal desde la parte trasera.

Al lado del hostal hay una pedazo barbacoa flipante.

Supongo que era aquí donde harían la deliciosa carne al grill y no adentro. (O adentro si llovía)





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