Flech Urbex: Château Du Cigne.

¡Muy buenas lectores! Seguramente os pensabais que me había dado un soponcio de la calor prematura que está haciendo este año. ¡Pero nada mas lejos que la realidad! Aquí estoy vivito y coleando para presentaros otro nuevo reportaje recién salido del horno, un abandono peculiar y un tanto singular, un abandono que pocas veces se ve en esta vida pero... ¡Ehhhh! No os flipéis, que ponga como titulo "Château Du Cigne" no quiere decir que sea una de esas mansiones abandonadas to guapas que abundan en Francia,  lugares donde va todo quisqui expresamente para verlas aunque sea pagando.

Yo voy mas a saco, ni pagando ni leches en vinagreta, si se puede entrar se entra, y si no se puede entrar se entra igualmente, a no ser que te encuentres con un cerrojo o un tapiado del quince, pero yo soy un explorador urbano, no necesito pagar un "peaje by the face" para visitar ciertas ruinas o abandonos.

Si no recuerdo mal en el año 2006 fui a este mismo sitio y todavía vivía gente, bueno, quizás algún guardés ya anciano por lo que decidí volver una vez pasados 10 años para ver el panorama, quizás me pasé un poco en la espera, pero mi intuición no falló y ha quedado por fin abandonado, ahora bien. ¿Desde cuanto? Quizás lleva ya bastantes años así y yo sin saberlo, pero mas vale ir tarde que nunca. ¿O no?

Pues bien, "Château Du Cigne" (La mansión del cisne) Es una mansión de esas que un terrateniente con pelas y catalán se mandó construir allá por el año 1945 imitando a las casas de payés o "masos" mas antiguos, la arquitectura exterior sigue siendo parecida a este tipo de casas pero con la única diferencia es que carece elementos arquitectónicos destacables tanto en el exterior o el interior, salvo el reloj de sol y pequeños detalles en la chimenea y el torreón, pero esto no quita de que por fuera impresione bastante a los ojos del paseante, sobretodo por esa gran alberca que tiene al lado. (En esa alberca se podrían bañar muchos cisnes, de ahí el nombre del reportaje).
Por dentro la mansión está literalmente vacía, no esperéis a encontraros mobiliario y cosas viejunas, lo único que destaco son las escaleras que estrechas un con una barandilla bajita. ¿Por que una barandilla tan pequeña? ¡Me hago un traspiés y seguro que igualmente acabo en el hueco de la escalera! Pero bueno, cosas del arquitecto, eran tiempos de postguerra, tampoco podemos pedir peras al olmo. ¡Ah si! Y la chimenea, que no se me olvide.

Bueno, no me alargo mas que la explicación que si no se me va el santo al cielo, os dejo con las fotos, espero que disfrutéis de ellas como yo explorando el lugar. Nos vemos. ¡Chau Riau!

Exploración realizada por: Flech.
Fotos por: © Flech
© Flechcorp - Junio de 2015 - Todos los derechos reservados.
Member of G.A.L.A. (Grupo de Amigos de Lugares abandonados)

¡Oh! ¡Una bonita mansión de 3 plantas! ¡Hoy mojo!

Por fuera descata bastante, todo sea dicho.

Aunque con la calor que hacía me entraban ganas de tirarme a la gran alberca, bluergghhh... con eso verde quizás no.

La mansión tenía un gran bodega.

Un almacén exterior.

Un reloj de sol con la fecha datada de 1945.

Esto de aquí era la bodega, ya no queda ni prensa ni nada.

Pues salimos por la puerta...

La entrada principal. ¿ Can layoner? ¡Que va! Todas las casas se parecen.

Cuanta frialdad en estas paredes tan monótonas.

Esta ducha es mas moderna.

Ventana con armarios empotrados.

Para lo básico no había que "matarse mucho"

Eso si, los armarios empotrados estaban a la orden del dia.

El agua de la ducha se calantaba con "termos".

Mas armarios emportados, y un techo alto. ¡Quita tu las telerañas del techo machote!

Vamos pasando pasillos y puertas.

Que escalera mas siniestra con esa mini barandilla.

Comedor con chimenea y todo.

Si, hablo de ti señora chimenea.

Muy colorido.

¿Subo o bajo?

Buhardilla.

¿Me tiro al agua?

Otro armario emportado.

Las escaleras suben hasta el torreón mas alto.

Mejor no caerse por el hueco de la escalera...

Y menos a la alberca desde el terrado.

El torreón mas alto.

Y una vez salimos volvemos a repetir foto.

Y nos despedimos del Chateau du Cigne...